Báilame el agua.
Úntame de amor y
de otras fragancias de tu jardín secreto.
Sácame de
quicio, hazme sufrir.
Ponme a secar
como un trapo mojado.
Lléname de vida,
líbrame de mi
estigma.
Llámame tonto.
Olvida todo lo
que haya podido decirte hasta ahora.
No me arrastres,
no me asustes.
Vete lejos… pero
no sueltes mi mano.
Empecemos de
nuevo.
Toca mis ojos,
nota la textura
del calor.
¿Por cuánto te
vendes?
Píllate los
dedos
y deja que te
invite a un café.
Caliente claro,
y sin azúcar… sin aliento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario